miércoles, 21 de julio de 2010

Tarea día 12: El amor deja que el otro gane.

Demuestra amor al decidir de buen grado ceder en un área de desacuerdo entre tú y tu cónyuge. Dile que pondrás primero sus preferencias.

¿Qué cuestión elegiste? ¿Qué tuviste que entregar al ceder? ¿Cómo te ayudará esto en el futuro?

Si te pidieras que nombraras tres áreas en las que tú y tu cónyuge no concuerdan, es probable que pudieras hacerlo sin pensar demasiado. Quizá, hasta podrías confeccionar una lista de diez cuestiones más importantes si te dieran unos minutos más. Y lamentablemente, a menos que alguien en tu hogar comience a ceder un poco, estos mismos problemas seguirán surgiendo entre tú y tu pareja.

En realidad, ser obstinado no siempre es malo. Vale la pena defender y proteger algunos asuntos. Nuestras prioridades, nuestros valores morales y la obediencia a Dios deberían protegerse con gran esfuerzo. Sin embargo, demesiadas veces discutimos por temas insignificantes, como el color de la pintura para la pared o la elección de restaurantes. Por supuesto, otras veces lo que está en juego es mucho mayor. Aunque quizá estas cuestiones no afloren todos los días, vuelven a salir a la superficie y no termina de desaparecer. Parece que nunca te acercarás a una solución o a un acuerdo. Cada vez son más intransigentes.

Solo hay una manera de salir de puntos muertos como estos, y es encontrar una palabra que sea lo opuesto de la obstinación, una palabra que sea lo opuesto de la obstinación, una palabra que encontramos antes cuando hablamos sobre la amabilidad. Esa palabra es "disposición". Se trata de una actitud y un espíritu de cooperación que deberían impregnar nuestras conversaciones.

Lo único que se necesita para que sus peleas actuales continúen es que permanezcan atrincherados e inflexibles. Pero cuando uno de ustedes dice: "Estoy dispuesto a hacer las cosas a tu manera en esto". La discusión se termina de inmediato. Y aunque llevarlo a cabo quizá te cueste algo de orgullo e incomodidad, has hecho una inversión amorosa y duradera en tu matrimonio.

¿Estás dispuesto a ser flexible para demostrarle amor a tu cónyuge? ¿O no quieres ceder debido al orgullo? Si a la larga eso no importa (en especial en la eternidad), entonces deja de lado tus derechos y decide honrar a la persona que amas. Será bueno tanto para ti como para tu matrimonio.

(Síntesis del libro: El Desafío del amor. Atrévete a amar. de Stephen y Alex Kendrick con Lawrence Kimbrough pags. 56-59)

Filipenses 2:4-5
Santiago 3:17

martes, 20 de julio de 2010

Tarea dia 11: El amor valora.

¿Qué necesidad de tu cónyuge podrías satisfacer hoy? ¿Puedes hacer un recado? ¿Quizá darle un masaje en la espalda o en los pies? ¿Podrías ayudar con las tareas de la casa? Elige un gesto que diga: te valoro y hazlo con una sonrisa.

Así también deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos. Efesios 5:28

Considera estas dos situaciones. Un hombre posee un auto viejo que comienza a tener problemas serios, así que lo llevas al mecánico. Luego de una evaluación, le dicen que necesitará una puesta a punto completa, lo cual es demasiado para su presupuesto limitado. Debido a las costosas reparaciones, el hombre decide deshacerse del auto y gastar su dinero en un nuevo vehículo. Parece razonable, ¿no es así?

Otro hombre, un ingeniero, tiene un accidente y una máquina le aplasta la mano. Corre al hospital, le sacan una radiografía y descubre que se le han roto varios huesos. Aunque se siente frustrado y dolorido, usa de buena gana sus ahorros para que lo traten, le coloquen un yeso y luego, con esmero cuida la mano durante los meses siguientes hasta que se restaura. Es probable que esto también te parezca razonable.

El problema en nuestra cultura es que al matrimonio a menudo se lo trata como en la primera situación. Cuando hay problemas de relación, te animan a cambiar a tu cónyuge por un modelo más nuevo. Sin embargo, los que tienen esta visión no comprenden el lazo importante que existe entre el esposo y la esposa. La verdad es que el matrimonio se parece más a la segunda situación. Forman parte el uno del otro. Si te lastimaras la mano, nunca te la cortarías, sino que pagarías todo lo que estuviera a tu alcance para obtener el mejor tratamiento médico posible porque tu mano es invalorable para ti. Es parte de ti.

Tu pareja también. El matrimonio es un misterio hermoso creado por Dios, en el que se unen dos vidas en una. No solo sucede a nivel físico sino también a nivel espiritual y emocional.

Con esta perspectiva, reflexiona en cómo tratas el cuerpo físico de tu cónyuge. ¿Lo valoras como el tuyo? ¿Lo tratas con respeto y ternura? ¿Te deleitas en tu cónyuge tal cual es? ¿O acaso lo haces sentir tonta y avergonzada? De la misma manera en la que atesora tus ojos, tus manos y tus pies, deberías atesorar a tu cónyuge como un regalo invalorable.

No dejes que la cultura que te rodea determine el valor de tu matrimonio. Compararlo con algo que puede descartarse o reemplazarse es deshonrar el propósito de Dios para el matrimonio. Sería como amputarse un miembro. En cambio, debería ser una imagen de amor entre dos personas imperfectas que eligen amarse mutuamente sin importar lo que suceda.

Cada vez que un hombre mira a su esposa a los ojos, debería recordar que el ama a su esposa se ama a sí mismo. Cuando miras a tu cónyuge, lo que ves es parte de ti. Así que trátala bien. Habla bien de ella. Aprecia y valora al amor de tu vida.

(Síntesis del libro: El reto del amor. Atrévete a amar. De Stephen y Alex Kendrinck con Lawrence Kimbrough pp.51-54)

Efesios 5:28-29

lunes, 19 de julio de 2010

Tarea del día 10: El amor es incondicional.

Haz algo fuera de lo común por tu cónyuge: algo que pruebe (tanto a ti como a él) que tu amor tiene su fundamento en tu decisión y en nada más. Lava su automóvil. Limpia la cocina. Compra su postre favorito. Dobla la ropa lavada. Demúestrale amor po la pura satisfacción de ser su compañero en el matrimonio.

En el pasado, ¿tu amor ha estado basado en atributos y en la conducta de tu cónyuge o en tu compromiso? ¿Cómo puedes seguir demostrando amor cuando no es recíproco como esperabas?

El amor sólo puede durar toda la vida si es incondicional. La verdad es la siguiente: al amor no lo define la persona amada sino la que decide amar. La Biblia se refiere a esta clase de amor con el uso de la palabra griega ágape. Es distinto a otras clases de amor: filos (el amor de amistad) y eros (el amor sexual y físico). Por supuesto tanto la amistad como el sexo ocupan un lugar importante en el matrimonio y forman una parte esencial del hogar. No obstante si tu matrimonio depende por completo de tener intereses en común o de disfrutar de una vida sexual saludable, los cimientos de tu relación son inestables.
El amor ágape es desinteresado e incondicional, se manifiesta en la salud y en la enfermedad, en la prosperidad y en la adversidad, en buenos y malos momentos. Esto se debe a que es la clase de amor que Dios tiene.
Si un hombre le dice a una mujer "Ya no estoy enamorado de ti", lo que en realidad está diciendo es: "Para empezar, nunca te amé de manera incondicional". Su amor se apoyaba en sentimientos o circunstancias en lugar del compromiso.
Cuando reconstruyes tu matrimonio con el ágape como fundamento, los aspectos de amistad y romance de tu relación se vuelven más atractivos que nunca. Cuando el disfrute mutuo como mejores amigos y amantes tiene su fundamento en un compromiso inquebrantable, experimentas una intimidad que no puede lograrse de ninguna otra manera.
El amor que todo lo sufre no surge de nuestro interior. Sólo puede venir de Dios. Ya no dirás "te amo porque..." Ahora dirás "Te amo y punto".

(Síntesis del libro: El reto del amor. Atrévete a amar. De: Stephen y Alex Kendrick con Lawrence Kimbrough pp 46-49).

I Juan 4:10
I Juan 4:19
Romanos 5:8
Romanos 8:38-39
I Corintios 13:7

sábado, 17 de julio de 2010

Tarea día 9: El amor causa una buena impresión.

Piensa una manera específica en la que te gustaría saludar hoy a tu cónyuge. Hazlo con una sonrisa y con entusiasmo. Luego, decide cambiar tu forma de saludar para reflejar tu amor por ella.

¿Cuándo y en dónde elegiste llevar a cabo tu saludo especial?
¿Cómo cambiarás tu forma de saludar de ahora en adelante?

Quizá parezca intrascendente hablar sobre la manera en que saludas a tu cónyuge todos los días, pero esta pequeña cuestión tiene una importancia sorprendente.
La manera en que una pareja se saluda dice mucho de su relación. Se puede ver la expresión, el semblante y en la manera en que se hablan. El contacto físico lo hace aun más evidente. ¿Pero cuánta importancia deberías darle a un saludo?
El apóstol Pablo se tomó tiempo para alentar a sus lectores a saludarse con calidez cuando se encontraran. Sin embargo, Jesús fué más allá y dijo que para ser piadoso, también había que ser lo suficientemente humilde y misericordioso para tratar con bondad a los enemigos. Esto plantea una pregunta interesante ¿Cómo saludas a tus amigos, a tus compañeros de trabajo y a tus vecinos? ¿Y a tus conocidos y a los que encuentras en público?
Quizá te encuentres con alguien que no te agrada demasiado, pero lo saludas por cortesía. Así que si eres tan agradable y educado con las demás personas ¿no se merece tu cónyuge lo mismo? ¿Diez veces más?
Pero aquí tienes otra cuestión que probablemente no te detengas a considerar: lo distinto que sería el día de tu cónyuge si expresaras con todos tu ser lo feliz que estás de verla.

Piensa en las oportunidades que tienen de saludarse regularmente. Cuando llegas a casa. Cuando se encuentran a almorzar. Cuando se dan las buenas noches. Cuando hablan por teléfono.

No es necesario que seas siempre audaz y espectacular; pero añadir calidez y entusiasmo al trato da la oportunidad de tocar el corazón de tu pareja de maneras sutiles y tácitas.

¿usas bien tu saludo? ¿tu cónyuge se siente valorada y apreciada? ¿Se siente amada?

Recuerda, el amor es una decisión. Así que decide cambiar tu forma de saludar. Elige amar.

1Pedro 5:14
"Saludaos unos a otros con un beso de amor"

Lucas 15:20

viernes, 16 de julio de 2010

Tarea día 8: El amor no es celoso.

Decide transformarte en el mayor admirador de tu cónyuge y rechazar cualquier pensamiento de celos. Como ayuda para que tu corazón se incline a tu cónyuge y puedas concentrarte en sus logros, toma la lista de atributos negativos que hiciste ayer y quémala con discreción. Luego, dile a tu cónyuge cuánto te alegra algo que haya logrado hace poco.

¿Te resultó muy difícil destruir la lista? ¿Qué experiencias positivas puedes celebrar de la vida de tu cónyuge? ¿Cómo puedes alentarlo para que tenga éxito en el futuro?

Los celos son unos de los impulsos más fuertes que el hombre conoce. La raíz de la palabra celos viene del latín zélus, que significa: arder con un fuego intenso. Las Escrituras dicen con claridad: Cruel es el furor e inundación la ira; pero ¿quién se mantendrá ante los celos? (Proverbios 27:4).
Los celos son una lucha común. Se disparan cuando otra persona te eclipsa y obtiene algo que tú quieres. Esto puede ser sumamente doloroso, según tu nivel de egoísmo. Si no tienes cuidado los celos se meten como una víbora en tu corazón y atacan tus motivaciones y relaciones. Pueden envenenarte y evitar que tangas la vida de amor que Dios diseñó para ti. Cuándo te casaste, se te asignó la tarea de transformarte en el mayor animador de tu cónyuge y en el capitán de su club de admiradores. Los dos se transformaron en uno y tienen que participar del placer del otro. No obstante, si reinan los celos, cualquier cosa buena que le suceda a solo uno de ustedes puede ser catalizador de envidia en lugar de felicitaciones.
Como el amor no es egoísta y coloca a los demás en primer lugar, no deja que entren los celos. El amor te lleva a celebrar los éxitos de tu cónyuge en lugar de sentirte contrariado por ellos. A un esposo amoroso no le molesta que su esposa sea mejor en algo, que se divierta más o que reciba más elogios. Percibe que lo completa, no que compite con él.
Cuándo él recibe elogios, le agradece a su esposa en forma pública por su apoyo al ayudarlo a obtener su propio éxito. Se niega a alardear de manera que su esposa no se ofenda.
Es hora de dejar que el amor, la humildad y la gratitud destruyan todo celo que surja en el corazón. Es hora de permitir que los logros de tu pareja los unan y les den mayores oportunidades para demostrar el amor genuino.

(Síntesis del libro: El Desafío del amor. Atrévete a amar. de Stephen y Alex Kendrick con Lawrence Kimbrough pp 36-39).

Proverbios 27:4
Cantar de los cantares 8:6

jueves, 15 de julio de 2010

Tarea día 7: El amor cree lo mejor.

Busca dos hojas de papel. En la primera dedica algunos minutos para escribir cualidades positivas de tu cónyuge. Luego, haz lo mismo con los aspectos negativos en la segunda hoja. Coloca las dos hojas en un lugar secreto para otro día. Hay un propósito y un plan distinto para cada una. En algún momento durante el resto del día, elige un atributo positivo de la primera lista y dale gracias a tu cónyuge por esa característica.

¿Cuál lista te resultó más fácil de hacer? ¿Qué reveló sobre tus pensamientos? ¿Por qué atributo le diste gracias a tu cónyuge?

En los pasillos profundos y privados de tu corazón, hay una habitación. Se llama la habitación del reconocimiento. Allí van tus pensamientos cuando encuentras cosas positivas y alentadoras sobre tu cónyuge. Y de vez en cuando, te gusta visitar este lugar especial. Al final de otro pasillo oscuro de tu corazón se encuentra la habitación del menosprecio, y por desgracia también vas de visita allí. Pasar tiempo en la habitación del menosprecio arruina los matrimonios. Allí se planean los divorcios y se preparan planes violentos. Cuanto más tiempo pasas en este lugar, tu corazón más desprecia a tu cónyuge. Esto comienza apenas entras, y el cariño por tu pareja disminuye con cada segundo que pasa.
Tal vez digas: ¡Pero estas cuestiones son reales! Es cierto, pero también lo son las que se encuentran en la habitación del reconocimiento. Todos tienen asuntos sin resolver, heridas y una carga personal.
El amor conoce la habitación del menosprecio y no niega que existe. Sin embargo elige no vivir en ella. El amor decide creer lo mejor de las personas. Les da el beneficio de la duda. Se niega a completar lo que no sabe con suposiciones negativas. Y cuando nuestros mayores temores prueban ser verdad, el amor hace todo lo posible por enfrentarlos y seguir adelante. El amor se concentra en las cosas positivas lo más que puede. Es hora de comenzar a pensar de otra manera.
(Síntesis del libro: El Desafío del amor. Atrévete a amar. de Stephen y Alex Kendrick con Lawrence Kimbrough pp 31-34)

I Corintios 13:7
Filipenses 4:8

Tarea día 6: El amor no se irrita.

Frente a las circunstancias difíciles en tu matrimonio decide reaccionar con amor en lugar de irritación. En primer lugar, realiza más abajo una lista de áreas en las que necesites añadir un margen en tu agenda. Luego, enumera cualquier motivación equivocada que debas eliminar de tu vida.

¿En dónde necesitas añadir un margen en tu vida?¿Cuándo reaccionaste en forma exagerada últimamente? ¿Cuál fue tu verdadera motivación subyacente? ¿Qué decisiones tomaste hoy?

Colosenses 3:12-14
Filipenses 4:6-7
Proverbios 25:16

El amor es tardo para ofenderse y rápido para perdonar. ¿Con cuánta facilidad te irritas y te ofendes? Algunas personas tienen el siguiente lema: Nunca dejes pasar una oportunidad para enojarte con tu cónyuge. Si caminas bajo la influencia del amor, serás una fuente de gozo en lugar de molestia. Hazte esta pregunta: ¿Soy una brisa tranquilizadora o una tormenta inminente?
Enojarse con facilidad indica que hay un área escondida de egoísmo o inseguridad en donde se supone que debería reinar el amor. El enojo sin resolver de una persona se filtra cuando se le provoca.

Santiago 4:1-3
Efesios 4:31
I Timoteo 6:9-10

El amor te llevará a perdonar en lugar de guardar rencor, a ser agradecido en lugar de codicioso a conformarte en lugar de meterte en más deudas. En última instancia, el amor disminuye tu estrés en cada decisión y te ayuda a despedir el veneno que puede generarse en el interior. Luego, te prepara el corazón para responder frente a tu cónyuge con paciencia y aliento en lugar de enojo y exasperación.

(Síntesis del libro: El Desafío del amor. Atrévete a amar. de Stephen y Alex Kendrick con Lawrence Kimbrough pp.26-29)


Tarea día 5: El amor no es grosero.

Pídele a tu cónyuge que te diga tres cuestiones que le incomodan o le irritan de ti. Debes hacerlo sin atacar, ni justificar tu conducta. Su perspectiva es la importante en este caso.

¿Qué cosas señaló tu cónyuge sobre ti que necesitan tu atención? ¿Cómo actuaste al escucharlas? ¿Qué planesa hacer para mejorar esas áreas?

Nada irrita más rápido a los demás que la mala educación. Ser grosero significa decir o hacer algo innecesario que le haga pasar un mal momento a la persona que esté cerca. Ser grosero es actuar en forma indecorosa, vergonzosa o irritante. En el matrimonio, podría tratarse de tener una boca sucia, malos modales en la mesa o el hábito de hacer bromas sarcásticas. Desde cualquier punto de vista nadie le gusta estar al lado de una persona grosera. La conducta grosera puede parecerle insignificante para el que la practica, pero es desagradable para los que están cerca. Cuando un hombre es impulsado por el amor, se comporta en forma intencional de una manera que a la esposa le resulte más agradable. Si ella desea amarlo, resuelve ecitar lo que lo frustra y le molesta. En esencia, el amor genuino cuida sus modales. Los buenos modales le expresan a tu cónyuge: Te valoro lo suficiente como para ejercer algo de dominio propio cerca de ti. Quiero ser una persona con la que sea un placer estar.

¿Qué piensa tu cónyuge de la manera en que hablas y actúas cuando estás cerca?
¿Qué efecto tiene tu conducta en la valía y la autoestima de tu pareja?
¿Tu cónyuge diría que eres una bendición o que te crees superior y lo avergüenzas?
¿Te gustaría que tu cónyuge dejara de hacer todo eso que te molesta?
¿Serás lo suficientemente considerado y amoroso como para descubrir y evitar la conducta que hace que la vida le resulte desagradable a tu pareja?
¿Te atreverás a ser encantador?

Aquí tienes tres principios orientadores:
1. Trata a tu pareja de la misma manera en la que quieres que te trate. (Lucas 6:31)
2. Ten la misma consideración con tu cónyuge que con los extraños y con los compañeros de trabajo.
3. Considera lo que tu cónyuge ya te ha pedido que hagas o que no hagas. Si tienes dudas pregunta.
(Síntesis del libro: El desafío del amor. Atrévete a amar. De Stephen y Alex Kendrick con Lawrence Kimbrough.pp21-23)

Tarea día 4: El amor es reflexivo y considerado.

Ponte en contacto con tu cónyuge en algún momento del día. Sin niguna otra intención, pregúntale cómo está y si puedes hacer algo por él.

¿Qué aprendiste de ti mismo o de tu cónyuge al hacer esto hoy? ¿Cómo podría transformarse en una parte más natural, rutinaria y sumamente útil de tu estilo de vida?

"El amor piensa. No es un sentimiento mecánico que fluye en oleadas de sentimientos y se duerme mentalmente. Mantiene la mente ocupada al saber que los pensamientos amorosos anteceden a las acciones amorosas. Cuando te enamoraste, te resultaba bastante natural ser reflexivo. Pasabas horas soñando con tu ser amado, te preguntabas qué estaría haciendo, ensayabas cosas admirables para decir y luego disfrutabas los dulces recuerdos de los momentos que pasaban juntos. Confesabas con sincerida: No puedo dejar de pensar en ti.
La mujer anhela profundamente que su esposo sea considerado y reflexivo. Esto es clave para ayudarla a que se sienta amada. Cuando ella habla, el hombre sabio escuchará como un detective para descubrir las necesidades y los deseos tácitos que insinúan sus palabras. Sin embargo, si ella siempre tiene que decirle cómo son las cosas, se pierde la oportunidad de que el esposo demuestre que la ama.
¿Cuándo fué la última vez que pasaste algunos minutos pensando sobre cómo podrías comprender mejor a tu cónyuge y demostrarle amor? ¿Qué necesidad inmediata podrías satisfacer? ¿Para qué acontecimiento próximo (aniversario, cumpleaños, día festivo) podrías prepararte? Los grandes matrimonios surgen de la reflexión profunda." (Síntesis del libro: El Desafío del amor. Atrévete a amar de Stephen y Alex Kendrick con Lawrence Kimbrough).

Génesis 2.18. Se dijo luego Yahvé Dios: No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.