viernes, 30 de mayo de 2025

001 Discernir en pareja - ¿Qué significa discernir?

Oración inicial invocando al Espíritu Santo.

Lectura previa: 

Audiencia General del Papa Francisco del miércoles 31 de agosto de 2022. 1 de 14 sobre el discernimiento

Fuente: https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2022/documents/20220831-udienza-generale.html


Síntesis de lectura

Jesús nos habla del discernimiento a través de imágenes tomadas de la vida cotidiana. Discernir es un ejercicio de inteligencia, habilidad y voluntad, que nos permite aprovechar el momento oportuno para tomar una buena decisión. Se trata de un proceso personal que conlleva un esfuerzo necesario: Dios nos invita a evaluar y elegir, pues nos ha creado libres y desea que ejerzamos nuestra libertad, aunque esto suponga un desafío.

La vida es un diálogo en el que Dios nos encomienda una misión y, en su presencia, debemos discernir cada paso a seguir. Él nos sostiene, pero nunca impone su voluntad. Por ello, el discernimiento requiere una profunda reflexión tanto de la mente como del corazón antes de tomar una decisión.

A lo largo de nuestra existencia, enfrentaremos situaciones inesperadas que nos exigirán reconocer la importancia y la urgencia de nuestras elecciones. Aunque pedir consejo puede ser útil, la decisión final siempre será propia, y para elegir bien es fundamental saber discernir.

El discernimiento abarca todo nuestro ser: conocimiento, experiencia, afecto y voluntad. Es clave prestar especial atención a nuestros afectos, pues una decisión verdaderamente acertada, una decisión bella y correcta, siempre conducirá a la alegría final. Debemos estar alerta, ya que las grandes elecciones pueden nacer de circunstancias que, en un principio, parecen secundarias, pero que pueden resultar decisivas.

El discernimiento es el encuentro entre lo temporal y lo eterno en nuestra vida. En una decisión bien tomada, la Voluntad de Dios se une a nuestra voluntad, el camino presente se funde con el destino eterno. Optar por una decisión correcta, tras un proceso de discernimiento, es hacer realidad este encuentro entre el tiempo y lo eterno.

Una pregunta clave en el discernimiento es: ¿Qué puedo hacer ahora que sea un signo de mayor madurez y más amor?



Momentos de la conversación espiritual:

  1. Oración personal. Observando las luces e invitaciones más significativas de Dios ante lo leído.
  2. Escucha atenta: Compartir, de modo sencillo y profundo, escuchando atentamente al otro sin interrumpir con preguntas u opiniones, dejando que lo vivido por el otro ilumine lo advertido en nuestro interior. Al finalizar la intervención dejar un breve espacio de silencio para sentir y gustar lo expresado.
  3. Ecos. Compartir aquello que fue iluminado por el compartir del otro. Sin evaluar, ni hacer grandes reflexiones, solo expresar cómo aquello que compartió el otro colaboró con tener una mayor luz en las mociones personales o suscitó algún movimiento que me conduce a una mayor claridad.
  4. Comunión. Preguntarse por lo común de las llamadas particulares. ¿Hacia dónde nos conduce el Señor? ¿Qué invitaciones se repiten y pueden traducirse en acciones concretas? No se trata de llegar a consensos o acuerdos, la invitación es a responder adecuadamente y con generosidad a lo que el Espíritu Santo suscita.
Oración final.


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