jueves, 11 de noviembre de 2010

2. Eros y Psyche ... la belleza, los celos y la envidia.

... "La confusión despierta los celos de Afrodita. Afrodita está muy angustiada porque su honor divino se ha transferido de modo extravagante a una joven mortal. No puede controlar su furia. Meneando la cabeza, deja salir un profundo gruñido de sus labios y habla de esta manera consigo misma frente a un espejo: “Yo pues, la primitiva madre naturaleza, el origen y germen de los elementos, la Afrodita nutricia del universo, ¿he de verme reducida a compartir con una joven mortal lo honores debidos a mi majestad? Y ¿ha de profanarse con la suciedad de la tierra mi nombre que está consagrado en el cielo? ¿Puedo tolerar que el culto de un nombre en común para las dos, motive confusiones entre mis adoradores y los de una sustituta? ¿Ha de representarme entre los hombres una joven destinada a la muerte? En vano el famoso pastor, cuya justicia e imparcialidad obtuvo aprobación del gran Zeus, me habrá preferido a excelsas diosas por mis encantos sin igual. Pero esta criatura, quien quiera que sea, no ha de continuar triunfando y usurpando honores: le haré lamentarse hasta de esa seductora hermosura”... (Mito Eros y Psique - II a.c.)
 
..."Pues hay dos emociones que aparecen en primer plano en la historia de Eros y Psique: los celos y la envidia. Celos es lo que se tiene al perder al ser amado o, en el caso de Afrodita y de los dioses, lo que éstos sienten al perder su divinidad. Envidia es desear lo que el otro tiene.
Al expresar esta rabia Afrodita nos deja ver otro aspecto de sus celos. Cuando dice 'la haré lamentarse hasta de esa seductora hermosura', nos habla de una belleza diferente de la suya, que es física. A Afrodita le inquieta la belleza psíquica (de alma) y se pone extremadamente celosa cuando esta aparece en el mundo."... Lopez-Pedraza.

La belleza erótica que tiene su respuesta en la piel, en el deseo, se estremece al ver que existe una hermosura más completa que la suya e inalcanzable para ella. La hermosura que deriva de un amor maduro y adulto. Este amor de Psique requiere de recursos que el amor de Afrodita no entiende, requiere de decisión, paciencia, perseverancia, entrega, presencia, tiempo, atención e interés sostenido, pero sobre todo madurez. No es el amor infantil, seductor, efímero, de quien juega con el otro solamente, no es el amor de una noche ardiente... tiene eso... y mucho más ... y es eso es precisamente lo que envidia Afrodita.
 
Es importante comprender la validez que tiene en nosotros la máscara primitiva de Afrodita, por ello profundizar acerca de este comportamiento primitivo, nos llevará al entendimiento del enamoramiento, el que está atado profundamente a nuestro concepto de belleza, de lo hermoso, de lo atractivo.
 
Cuando hablamos de Afrodita como esa que se define a sí misma con la frase: “Yo pues, la primitiva madre naturaleza, el origen y germen de los elementos, la Afrodita nutricia del universo," Debemos entender por el concepto más primitivo de belleza que tenemos como seres humanos.
 
El ser humano considera bello una cantidad inmensa de elementos, seres humanos, poesía, paisajes, películas, conciertos, música, la cara de un bebé, obras de arte, ejecuciones humanas que requieren habilidad. Si hemos de ir a lo más primitivo del ser humano, trataremos con lo más animal del ser humano como ser vivo, nos hemos de referir al principio darwiniano de la adaptación de los seres vivos. El proceso de adaptación darwiniano contempla varios tipos de mecanismos de adaptación en la selección natural uno de ellos es la selección sexual, lo que nos lleva a adaptarnos con miras a generar, intensificar y sostener atención, fascinación en orden de promover las decisiones que nos proporciones seguridad de supervivencia y reproducción. La belleza es la manera natural y universal de atraer al sexo opuesto.
 
Esto viene arraigado desde lo más primitivo de nuestro cerebro, que es el campo en el que Afrodita se mueve, lo más primitivo, emocional y límbico de nuestro cerebro. Muestra de ello son las hachas de mano que nuestros ancestros manufacturaron entre 50.000 y 100.000 años antes de la creación de la lengua. Algunas de ellas imposible de sostenerlas y cargarlas por su tamaño, constituyeron las primeras obras de arte de la humanidad, piedras talladas en forma de hoja simétrica, que eran bellas a los ojos del hombre primitivo y mostraba la habilidad de un virtuoso artesano, lo que Darwin llamó señales de salud, que hacía al poseedor de dicha obra, un ser deseable, una persona con cualidades para la supervivencia, tales como: inteligencia, control de la motricidad fina, habilidad de planear, consciencia, acceso a conocimiento, lo que sin duda incrementaba el estatus de aquel que era capaz de realizar tal arte, proporcionándole una ventaja reproductiva sobre los otros menos capaces.
Afrodita es este impulso primitivo por lo perfecto físicamente, por lo saludable, por lo simétrico, por lo que denota virtuosismo, habilidad física, material. Es el hacha de mano convertida en diamante pulido y perfecto. Es un don que nos hace estremecer ante lo físicamente hermoso y perfecto. Es parte de lo más primitivo y salvaje del ser humano.
 
Psique por complemento, no solo posee la hermosura física y la perfección sino que es capaz de hacer las tareas del amor, de crecer, de madurez, lo que enloquece a Afrodita, pues en ella no existe la madurez como posibilidad. Por ello la cela y la envidia.
 
Celamos cuando percibimos una amenaza externa que pone en peligro el dominio de una relación. Afrodita ve en Psique una amenaza, la amenaza de ser suplantada por otra, de tener a alguien que le compita en hermosura, que robe el afecto de los que la adoran. Amenaza que tendrá su culmen en la pérdida de Eros (el hijo de Afrodita) en brazos de Psique.
 
Envidiamos cuando se revela una deficiencia en nuestra persona, deficiencia que no se está dispuesto a admitir, pues sería asumir las carencias ante los demás o lo que es peor, ante sí mismo. La envidia es una emoción tan fuerte que logra persistir aún cuando el envidiado haya dejado de existir, demostrándose así que el objeto de la envidia no es el bien que posee el envidiado, sino el sujeto que lo posee. La envidia de Afrodita se sustenta en los atributos que Psique tiene y Afrodita carece (madurez, humanidad, capacidad de detenerse, sensibilidad), y que la propia Afrodita cree debiera poseer, lo que se agrava aún más al perpetuarse la dependencia del envidioso con respecto al envidiado, lo que en Afrodita tiene su culmen al ver a Psique embarazada de su hijo Eros, y ella de abuela. La envidia, por lo general, usa métodos como la difamación, ya que el tratamiento que busca el que padece la envidia es la destrucción del envidiado.

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