sábado, 18 de mayo de 2013

5 - Eros y Psique: El alma que espera y sufre impaciente el ansiar enamorarse...


«Mientras esto sucede, Psique llora en su casa, condenada a la soltería, con el cuerpo y el corazón enfermos, en deplorable abandono y soledad, detestando la hermosura que ha encantado a tanta gente.

A pesar de su manifiesta belleza Psique no tiene alegría. No hay rey ni príncipe que venga a pedir su mano. Los hombres se maravillan de su divina hermosura pero es como si estuvieran viendo una estatua de mármol. Desde hace tiempo sus hermanas se han casado, pero Psique está totalmente desolada.» (Mito de Eros y Psique)

«Quisiera detenerme en esta primera imagen de Psique: la del alma que espera y a veces se impacienta. Psique sufre porque espera. Está esperando sin tener conciencia de qué espera. Psique entonces no es apta para un vivir convencional. Parece que no está hecha para la mediocridad. No le interesa una cotidianidad aburrida, sosa y enferma. Espera por otros designios y quién sabe si intuye algo acerca de ellos, pues su única dinámica es excluir lo que podría desvirtuar su verdadera iniciación: (personificado por las dos hermanas y el colectivo) a lo que Psique tiene que darse constantemente respuesta para no identificarse con ello. Psique entonces es una paradoja: es especial y es simple. Al parecer ese es esencial en Psique: la necesidad de seleccionar lo psíquico en un vivir común y corriente.» López-Pedraza

Antes que nada Psique es una buscadora de la verdad, desea el amor veraz, el que siempre está allí. No por convencionalismos sociales, sino por decisión íntima de los que aman. El mundo no tiene respuesta para ésta búsqueda, sólo encuentra en él cobardía, deseos de placer, temporalidades, cuando ella lo que demanda es: valentía, decisión de amar y permanente firmeza. Psique anda en la búsqueda de algo sólido, vivaz, estable, veraz y nada de lo que le rodea le parece calificar. No tiene respuesta en pretendientes que se obnubilan por su hermosura física y se ciegan a responder el reclamo de amor real que tiene en sus entrañas. No tiene respuesta en los matrimonios de conveniencia de sus hermanas, pantomimas tristes de una relación "correcta" que no tiene esencia, que no destila amor, que son ilusiones de firmeza que pronto caerán como castillo de naipes al celar y envidiar el amor veraz.

Psique se impacienta, pero no cede ante la impaciencia, la vive, pero no se deja vencer por ella. La primera tarea del amor, está oculta en la impaciencia de Psique. Y en esa sensación de estar condenada a la soltería, a la soledad, a no conseguir nunca aquella persona que califique para hacer las tareas del amor. Vencer la desolación es un acto de madurez y amor propio bien entendido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario