martes, 3 de agosto de 2010

De 53 cmts a 1,83 mts de altura.

El crecer, el cambio, la transformación, según los griegos antiguos, hay dos tipos de procesos de transformación el de Perséfone y el de Psyche, los dos unidos e inseparables, pero muy diferentes el uno del otro.

El de Core-Perséfone inicia en un enamoramiento que lleva a un rapto. Es un proceso de transformación impulsado desde fuera. Que rememora la partera en nuestro nacer. Los forceps del obstetra que nos secuestra a un infierno lleno de frio, luz y ruidos estridentes y metálicos. Una fuerza que te saca, desde fuera, algo externo, incontrolable, que nos lleva a un infierno que exige que transformemos la ingenuidad en fortaleza. La niña ingenua (Core) se transforma en la guerrera que puede con el inframundo (Perséfone). Este proceso se expresa claramente en el sentimiento que viene con la frase: ¿Cuándo pasó esto?, ¡si todo era tan hermoso!, ¿qué hago aquí?

Pero el alma exige crecer, demanda madurez, adultez y responsabilidad, presecia del amor. Fuerzas que vienen desde dentro. El alma (Psyche) guía este otro tipo de proceso de transformación, el asumido, el adulto, el responsable, el que se impulsa desde su interior y nos lleva con nuestros propios pasos al infierno y a través de las tareas del amor transformarnos y salir de él crecidos.

Esto nos obliga a revisar todas nuestras heridas y cicatrizarlas, viviendolas, limpiandolas, sanandolas, prestandoles atención, cuido, amor, presencia ... haciendo las tareas del amor.

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