jueves, 15 de julio de 2010

Tarea día 4: El amor es reflexivo y considerado.

Ponte en contacto con tu cónyuge en algún momento del día. Sin niguna otra intención, pregúntale cómo está y si puedes hacer algo por él.

¿Qué aprendiste de ti mismo o de tu cónyuge al hacer esto hoy? ¿Cómo podría transformarse en una parte más natural, rutinaria y sumamente útil de tu estilo de vida?

"El amor piensa. No es un sentimiento mecánico que fluye en oleadas de sentimientos y se duerme mentalmente. Mantiene la mente ocupada al saber que los pensamientos amorosos anteceden a las acciones amorosas. Cuando te enamoraste, te resultaba bastante natural ser reflexivo. Pasabas horas soñando con tu ser amado, te preguntabas qué estaría haciendo, ensayabas cosas admirables para decir y luego disfrutabas los dulces recuerdos de los momentos que pasaban juntos. Confesabas con sincerida: No puedo dejar de pensar en ti.
La mujer anhela profundamente que su esposo sea considerado y reflexivo. Esto es clave para ayudarla a que se sienta amada. Cuando ella habla, el hombre sabio escuchará como un detective para descubrir las necesidades y los deseos tácitos que insinúan sus palabras. Sin embargo, si ella siempre tiene que decirle cómo son las cosas, se pierde la oportunidad de que el esposo demuestre que la ama.
¿Cuándo fué la última vez que pasaste algunos minutos pensando sobre cómo podrías comprender mejor a tu cónyuge y demostrarle amor? ¿Qué necesidad inmediata podrías satisfacer? ¿Para qué acontecimiento próximo (aniversario, cumpleaños, día festivo) podrías prepararte? Los grandes matrimonios surgen de la reflexión profunda." (Síntesis del libro: El Desafío del amor. Atrévete a amar de Stephen y Alex Kendrick con Lawrence Kimbrough).

Génesis 2.18. Se dijo luego Yahvé Dios: No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.

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