Oración inicial invocando al Espíritu Santo.
Lectura previa:
Audiencia General del Papa Francisco del miércoles 7 de diciembre de 2022. 11 de 14 sobre el discernimiento
Fuente: https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2022/documents/20221207-udienza-generale.html
Síntesis de lectura
En el proceso de discernimiento, es fundamental permanecer atentos inmediatamente después de tomar una decisión, para reconocer los signos que la confirman o la desmienten. Solo Dios es Señor del tiempo, y esto constituye una garantía de autenticidad.
- Existen algunos aspectos clave que pueden ayudarnos a leer el tiempo posterior a la decisión como posible confirmación de su bondad.
- Paz duradera. Uno de los principales signos es una paz duradera, una serenidad que aporta armonía, unidad, fervor y celo. A través del proceso de reflexión, la persona emerge fortalecida, en un estado mejor que el inicial.
- Fruto del amor de Dios. Otro signo es que la decisión sea fruto del amor y la generosidad de Dios hacia nosotros. No debe nacer del miedo, ni de un chantaje emocional o una obligación impuesta, sino de la gratitud por los dones recibidos.
- Certeza de lugar. Asimismo, es importante experimentar la certeza de estar en el lugar correcto en la vida: la tranquilidad de sentirse parte de un propósito mayor y desear contribuir a él. Esta seguridad permite establecer un orden en la vida diaria, integrando diversas responsabilidades y prioridades, lo que facilita afrontar dificultades con renovada energía y ánimo.
- Libertad interior. Otro signo clave es la libertad interior respecto a la decisión tomada. Esto implica la disposición de revisarla si es necesario, e incluso de renunciar a ella si surgen señales contrarias, buscando en ellas una posible enseñanza del Señor. No porque Él quiera privarnos de aquello que más deseamos, sino porque nos invita a vivirlo sin apego, con auténtica libertad. La posesividad es enemiga del bien y debilita el afecto. Solo en la libertad podemos amar verdaderamente, y por ello el Señor nos ha creado libres, incluso con la posibilidad de decirle no. Ofrecerle a Dios lo que más amamos nos permite vivirlo de la mejor manera posible y con autenticidad, reconociéndolo como un don de Su bondad gratuita.
- Confianza plena. Confiar plenamente en Él nos da la certeza de que nuestra vida y la historia entera están en Sus manos misericordiosas. Lo que realmente importa es que nuestra confianza esté puesta en el Señor, el Dios del universo, que nos ama inmensamente.
Sigamos adelante, esforzándonos por tomar decisiones en oración y atentos a lo que sucede en nuestro corazón.
Momentos de la conversación espiritual:
- Oración personal. Observando las luces e invitaciones más significativas de Dios ante lo leído.
- Escucha atenta: Compartir, de modo sencillo y profundo, escuchando atentamente al otro sin interrumpir con preguntas u opiniones, dejando que lo vivido por el otro ilumine lo advertido en nuestro interior. Al finalizar la intervención dejar un breve espacio de silencio para sentir y gustar lo expresado.
- Ecos. Compartir aquello que fue iluminado por el compartir del otro. Sin evaluar, ni hacer grandes reflexiones, solo expresar cómo aquello que compartió el otro colaboró con tener una mayor luz en las mociones personales o suscitó algún movimiento que me conduce a una mayor claridad.
- Comunión. Preguntarse por lo común de las llamadas particulares. ¿Hacia dónde nos conduce el Señor? ¿Qué invitaciones se repiten y pueden traducirse en acciones concretas? No se trata de llegar a consensos o acuerdos, la invitación es a responder adecuadamente y con generosidad a lo que el Espíritu Santo suscita.
Oración final.
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