lunes, 8 de agosto de 2016

2. Amor Divino ... Acercamiento al Sagrado Corazón de Jesús a través del Venerable Mons. Luis María Martínez

"Y me apresuro a advertir que vivir en el Corazón de Jesús no es una simple figura: es un misterio, es una realidad. Porque no faltaría quien pensara: todo esto no pasa de ser una metáfora, una alegoría. Entrar en el Corazón de Jesús, penetrar por su herida, introducirnos en aquel santuario, contemplar las riquezas que ahí existen, subir por los secretos senderos de ese Corazón hasta llegar a la cumbre de la Cruz interna ... ¡qué bella alegoría! ¡Pero alegoría al fin! ... No, no lo es. Claro está que hay aquí mucho de simbólico, que con la imaginación contemplamos la herida del Corazón Sagrado, y hasta creemos tocar el mar de amargura que contiene, y luego parece que subimos por caminos ocultos hasta la Cruz interna. Sí, todas estas cosas las imaginamos; pero estas imágenes y estas figuras se quedan muy abajo de la realidad.

Como lo he asegurado muchas veces, las imágenes aquí en la tierra tienen todas un algo de hiperbólico, exageran un poco lo que quieren expresar. Pero, en el orden sobrenatural, las imágenes no exageran; por bellas, por audaces que sean, son siempre cortas, no aciertan a expresar el misterio que simbolizan.

Entrar de veras dentro del Corazón de Jesús por su herida y permanecer ahí, tal como lo imaginamos, es menos, mucho menos de lo que en realidad podemos y debemos hacer de una manera espiritual y mística.

Porque verdaderamente tenemos una unión estrechísima con Jesús. El mismo, en el Santo Evangelio, nos expresó con diversas imágenes esta unión cuando nos dijo, por ejemplo: «Yo soy la Vid y vosotros sois los sarmientos.» Y como si Él mismo sintiera la impotencia de estas imágenes para expresar el misterio de su unión, llega en esa misma noche del Cenáculo a compararla con la unión íntima, con la unión inefable, que existe entre las Personas de la Santísima Trinidad. Sólo a esa unión altísima se parece nuestra unión con Jesús."

Tarea de amor: Contemplar la unión íntima que existe entre las Personas de la Santísima Trinidad.
Gen 1,1-3; Jn 1,1-5; Contemplar la unión íntima que existe entre Dios y tú. Jn 17,3-23; Ap 21,5-7. Concentrar la reflexión en Jn 17,23.


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