lunes, 6 de marzo de 2017

Día 6 de 40: El amor no se irrita.

«El que tarda en enojarse vale más que un héroe, y el dueño de sí mismo, más que un conquistador.(Proverbios 16,32)

El amor es tardo para ofenderse y rápido para perdonar. ¿Con cuánta facilidad te irritas y te ofendes? Algunas personas tienen el siguiente lema: «Nunca dejes pasar una oportunidad para enojarte con tu cónyuge». Cuando algo va mal, aprovechan la situación con rapidez y expresan lo heridos o frustrados que se encuentran. Sin embargo, esta reacción es opuesta al amor.

Ser irritable significa «estar cerca de la punta de un cuchillo», es fácil pincharse. Las personas que son irritables están listas para reaccionar en forma exagerada.

Los problemas menores no producen grandes reacciones. El amor no se enoja, ni se siente herido, a menos que haya una razón legítima y justa a los ojos de Dios. Un esposo amoroso permanecerá tranquilo y paciente, demostrará misericordia y controlará su carácter. Si caminas bajo la influencia del amor, serás una fuente de gozo en lugar de molestia. ¿Eres una brisa tranquilizadora o una tormenta inminente?

¿Por qué las personas se vuelven irritables? hay al menos tres razones:
  • El estrés, te agobia, agota tu energía, debilita tu salud y te invita a estar de mal humor. Puede producirse por causas relacionales: las discusiones, la división y la amargura. Hay causas por exceso: trabajar demasiado, exagerar y gastar demasiado. Además hay deficiencias: no obtener un suficiente descanso, nutrición o ejercicio. A menudo, nosotros mismos nos clavamos estos puñales y nos predisponemos a estar irritables.
  • Imprudencia: la vida es un maratón, no una carrera corta. Debes equilibrar, priorizar y controlarte. Muy a menudo, echamos la precaución por la borda y avanzamos a toda velocidad, según nos parece bien en el momento. Al poco tiempo, estamos jadeando, tensos y a punto de estallar. La presión creciente puede desgastar nuestra paciencia y nuestra relación.
  • El egoísmo. Cuando estás irritado, el principal problema se encuentra en el corazón. Jesús dijo: «De la abundancia del corazón habla la boca» (Mateo 12,34).Algunas personas son como los limones: cuando la vida los exprime se respuesta es ácida. Y otras se parecen más a los duraznos cuando hay presión, el resultado aún es dulce. Enojarse con facilidad indica que hay un área escondida de egoísmo o inseguridad en donde se supone que debería reinar el amor. Además, la amargura se arraiga cuando respondes de manera sentenciosa y te rehúsas a resolver tu enojo. «Eviten la amargura, los arrebatos, la ira, los gritos, los insultos y toda clase de maldad. Por el contrario, sean mutuamente buenos y compasivos, perdonándose los unos a los otros como Dios los ha perdonado en Cristo.» (Efesios 4,31).
La Sagrada Escritura te enseña a:
  • Dejar que el amor guíe tus relaciones para que no tengas discusiones innecesarias «Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión. Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Sopórtense los unos a los otros, y perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo. Sobre todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección.» (Colosenses 3, 12-14). 
  • Te enseña a orar en medio de la ansiedad en lugar de resolver las cosas a tu manera: «No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús.» (Filipenses 4, 6-7)
  • Te enseña a delegar cuando estás agotado: «El Suegro de Moisés le dijo: «Lo que haces no está bien. Así quedarán completamente agotados, tú y toda esa gente que está contigo. Esa tarea es demasiado pesada para ti, y tú solo no puedes realizarla. Ahora escúchame. Yo te daré un consejo, y que Dios esté contigo. Tú debes representar al pueblo delante de Dios y exponerle los asuntos de la gente. Al mismo tiempo, tienes que inculcarles los preceptos y las instrucciones de Dios, y enseñarles el camino que deben seguir y la manera cómo deben comportarse. Pero además tienes que elegir, entre todo el pueblo, a algunos hombres capaces, temerosos de Dios, dignos de confianza e insobornables, para constituirlos jefes del pueblo: jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez personas. Ellos administrarán justicia al pueblo permanentemente. Si hay algún caso difícil, que te lo traigan a ti, pero que juzguen por sí mismos los casos de menor importancia. De esa manera, se aliviará tu carga, y ellos la compartirán contigo. Si obras así, y Dios te da sus órdenes, tú podrás resistir y toda esa gente regresará en paz a sus hogares». Moisés siguió el consejo de su suegro y puso en práctica todo lo que él le había indicado.» (Éxodo 18,17-23)
  • Te enseña a evitar los abusos: « ¿Has encontrado miel? Come lo indispensable, no sea que te hartes y la tengas que vomitar.» (Proverbios 25,16)
EL DESAFÍO DE HOY

Frente a las circunstancias difíciles en tu matrimonio decide reaccionar con amor en lugar de irritación. En primer lugar, realiza en tu cuaderno una lista de áreas en las que necesites añadir un margen en tu agenda. Luego enumera cualquier motivación equivocada que debas eliminar de tu vida.

Estudiar el taller de Fray Nelson Medina O.P.
https://www.youtube.com/watch?v=nhL9I-XGQ7U

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