miércoles, 1 de marzo de 2017

Día 1 de 40: el amor es paciente.

«Con mucha humildad, mansedumbre y paciencia, sopórtense mutuamente por amor.» Efesios 4,2

El amor da resultado. Es el motivador más poderoso de la vida y tiene una profundidad y un significado tanto mayor de lo que comprende la mayoría de las personas. Siempre hace lo mejor para los demás y puede darnos la capacidad de enfrentar el problema más terrible. Nacemos con una sed de amor que dura toda la vida. Nuestro corazón lo necesita con desesperación, como nuestros pulmones necesitan oxígeno. El amor cambia nuestra motivación para vivir. Con él, las relaciones cobran significado. Ningún matrimonio puede tener éxito sin amor.

El amor se apoya en dos pilares que lo definen a la perfección. Esos pilares son la paciencia y la bondad. Las otras características del amor son extensiones de estos dos atributos. Y aquí comenzará tu desafío: con la paciencia.

El amor te inspirará a transformarte en una persona paciente. Cuando decides ser paciente, respondes en forma positiva frente a una situación negativa. Eres lento para enojarte. Decides guardar la compostura en lugar de enfadarte con facilidad. En vez de ser impaciente y exigente, el amor te ayuda a calmarte y comenzar a demostrar misericordia a los que te rodean. La paciencia trae una tranquilidad interior durante una tormenta exterior.

A nadie le gusta estar cerca de una persona impaciente. Hace que reacciones exageradamente con enojo, insensatez y de manera lamentable. El enojo frente a una situación injusta irónicamente, genera nuevos agravios. El enojo casi nunca mejora las cosas. Es más, en general produce problemas adicionales. Por el contrario la paciencia para en seco cualquier controversia. Más que morderte el labio, más que taparte la boca con la mano, la paciencia es un suspiro profundo. Despeja el ambiente. Es la decisión de controlar tus sentimientos en lugar de permitir que estos te controlen, y recurre al tacto en vez de devolver mal por mal.

Si tu cónyuge te ofende ¿tomas represalias con rapidez o permaneces bajo control? ¿Acaso el enojo es tu estado emocional por defecto cuando te tratan en forma injusta? Si así es, estás esparciendo veneno en lugar de medicina.

En general, el enojo se produce cuando un fuerte deseo de algo se mezcla con la desilusión o el dolor. No obtienes lo que quieres y comienza a subir la temperatura en tu interior. A menudo, es una reacción emocional que surge de nuestro propio egoísmo, de nuestra insensatez o de nuestras malas motivaciones.

En cambio, la paciencia nos hace sabios. No se apresura a sacar conclusiones sino que escucha qué dice la otra persona. La paciencia permanece a la puerta, allí donde el enojo hace todo lo posible por entrar, y espera a tener una visión completa de la situación antes de juzgar. La Sagrada Escritura dice: «El que tarda en enojarse muestra gran inteligencia, el iracundo pone de manifiesto su necedad» (Proverbios 14,29)

Así como la falta de paciencia transformará tu hogar en una zona de combate, la práctica de la paciencia fomentará la paz y la tranquilidad. «El hombre iracundo provoca altercados, el que tarda en enojarse aplaca las disputas.» (Proverbios 15,18)

La paciencia es el punto en que el amor se une a la sabiduría. Y todo matrimonio necesita esa combinación para permanecer saludable.

La paciencia te ayuda a darle permiso a tu cónyuge para que sea humano. Comprende que todos fallamos. Cuando se comete un error, decide darle más tiempo del que se merece para corregirlo. Te proporciona capacidad para resistir durante las épocas difíciles en la relación, en lugar de huir ante la presión.

«Procuren que nadie devuelve mal por mal. Por el contrario, esfuércense por hacer siempre el bien entre ustedes y con todo el mundo» (I Tesalonicenses 5,15)

A pocos de nosotros nos resulta fácil la paciencia, y a ninguno le surge en forma natural. Sin embargo, es un buen punto de partida para comenzar a demostrar el amor verdadero.

Este viaje para atreverse a amar es un proceso, y lo primero que debes decidir poseer es paciencia. Considéralo como un maratón, y no una carrera corta. Sin embargo, es una carrera que vale la pena correr. (Fuente: Stephen y Alex Kendrick El desafío del amor)

EL DESAFÍO DE HOY:

Aunque el amor se comunica de distintas maneras, nuestras palabras a menudo reflejan la condición de nuestro corazón. Decide mostrar paciencia y no decirle nada negativo a tu cónyuge. Si surge la tentación, elige no decir nada. Es mejor contenerte que expresar algo que luego lamentarás.

Ten a la mano una Biblia Católica aquí tienes un enlace:
http://www.vatican.va/archive/ESL0506/_INDEX.HTM
y medita los textos siguientes:

Santiago 3,1-12;
Lucas 6, 45;
Gálatas 5,19-26
Salmo 51,12
Ezequiel 36,26-27
1 Juan 3,18


Escucha la charla Vigilancia y Calma de Fray Nelson Medina:
https://www.youtube.com/watch?v=-pjiW7bZE_4

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